Otoño: tiempo de soltar
- Tamara Aguayo
- 19 mar
- 2 Min. de lectura
El otoño llega como un susurro dorado, un llamado a la introspección. La brisa fresca nos invita a dejar atrás lo que ya cumplió su ciclo, al igual que los árboles se desprenden de sus hojas sin resistencia. En la Medicina Tradicional China, esta estación está gobernada por el elemento Metal, asociado a la energía del Pulmón y el Intestino Grueso, los órganos que nos enseñan el arte de recibir lo esencial y soltar lo que no necesitamos.

El Pulmón: el aliento de la vida
En otoño, el aire se vuelve más nítido, casi sagrado. El Pulmón, en la MTC, es el guardián de nuestra energía vital (Qi), el que toma lo puro del aire y lo distribuye por el cuerpo. Pero también es el órgano que se ve más afectado por la melancolía, esa nostalgia otoñal que nos hace mirar hacia dentro. Si la tristeza se estanca, la respiración se acorta, el pecho se cierra y la piel, el tejido gobernado por el Pulmón, pierde su brillo.
Para honrar esta energía, podemos practicar respiraciones profundas, pasear al aire libre y llenar nuestros pulmones de la frescura del otoño. También es momento de nutrirnos con alimentos blancos, como la pera, el nabo y el arroz, que fortalecen el Qi del Pulmón y lo protegen de la sequedad propia de la estación.
El Intestino Grueso: el arte de soltar
Si el Pulmón toma lo esencial, el Intestino Grueso se encarga de liberar lo innecesario, tanto en el cuerpo como en la mente. En otoño, nos invita a reflexionar: ¿qué cargas estamos sosteniendo que ya no nos sirven? Puede ser un pensamiento recurrente, una relación, una emoción atrapada en el cuerpo. Esta es la estación perfecta para depurar, tanto físicamente (a través de una alimentación más liviana y tibia) como emocionalmente, dejando ir con gratitud lo que ya cumplió su propósito.
Rituales otoñales para el equilibrio
• Infusiones cálidas de jengibre, canela y raíz de regaliz para nutrir el Qi y fortalecer la inmunidad.
• Escribir una carta de liberación, quemarla y visualizar cómo se disuelven los apegos.
• Prácticas de acupresión, masajeando el punto Hegu (LI4) en la mano para estimular el Intestino Grueso y soltar tensiones.
• Movimiento suave, como el yoga terapéutico o el Qi Gong, para armonizar la energía del Metal.
El otoño nos recuerda que soltar no es perder, sino hacer espacio para lo nuevo. Que, al igual que la naturaleza, nosotras también podemos transformarnos con gracia y fluidez. Honremos esta estación con gratitud, respirando profundo y confiando en el ciclo eterno de la vida.
¿Qué estás lista para dejar ir este otoño?
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